domingo, 28 de agosto de 2011

Placer inmediato

Buenas tardes de nuevo. Estaba hace un rato estudiando a Descartes,y me he parado a pensar en algo que nada tiene que ver con él o con lo que decía., y he decidido hablar de ello en el blog. El tema se puede llamar placer inmediato, aunque no sólo voy a hablar de eso.
Llevo unos dos años sin una relación seria, y dejándome llevar siempre prácticamente por el placer, por vivir en el momento. Pienso que el placer, de cualquier tipo, es lo que a los humanos nos acaba llevando a la perdición, por así decirlo. Es probablemente la cualidad más animal que tenemos, por gracia o por desgracia. Hace tiempo que no entiendo muy bien cómo puede funcionar una relación duradera, seria, con tantas tentaciones en el día a día. Pero también me cuestiono porqué la gente se deja llevar por ellas. Si pensásemos unos segundos más, nos ahorraríamos muchísimos errores que pueden fastidiarnos bastante en el futuro. ¿Porqué la gente arriesga meses e incluso años de placer con la misma persona, algo que sabe que probablemente esté ahí, por unos cuantos minutos de placer con una persona diferente? Puedo entender que resulta excitante, alguien diferente, nuevo o no, algo prohibido y totalmente pasional. Un placer inmediato y muy satisfactorio. Pero probablemente, sólo sea eso, mientras que tu pareja, que ha estado ahí y lo va a seguir estando, te puede dar eso y mucho más durante mucho más tiempo, y sin secretos ni mentiras. Pero aún así, lo hacen. No digo lo hacemos, porque en mi caso, nunca le he sido infiel a nadie. Y me imagino en situación y pienso que podría controlarlo perfectamente. Pero claro, si me llevan a la práctica, puede ser que pierda el control, como muchos otros.
 Pero no sólo en el tema del sexo está presente este tipo de placer. En los estudios, por ejemplo, se ve claramente. Una tarde te tienes que poner a estudiar, porque un día o dos después tienes un examen, sin embargo, en vez de quedarte en casa estudiando tres horas, estudias una y luego miras algo en el ordenador, o sales un rato "a despejarte", prometiéndote a ti mismo que sólo va a ser un rato, que luego vas a volver. No digo que siempre pase, pero sí muchas veces, y es algo de lo que luego nos arrepentimos, sobre todo cuando llega el verano.
También hablando de la comida podemos decir lo mismo. No es tan difícil ponerse a dieta. A mí no me cuesta nada, personalmente, pero cuando de verdad necesitas perder peso, por ejemplo, ¿tan fuerte es el deseo de comer un poco más? ¿De veras que no se puede reducir? Y así también podemos hablar de las adicciones, pero al principio, según pasa el tiempo llega a ser algo de lo cual dependes.
O el miedo a quedarse sólo. Aguantar y aguantar en una relación por ese miedo, por un placer inmediato de tener a alguien a tu lado, aunque no sea el mejor candidato o candidata. Eso sí que lo he vivido un poquito. Pero a la larga lo puedes pasar mal de verdad, sin pensar en que si lo hubieses dejado marchar, podrías tener una vida mejor, y no estar pensando todos los días qué hacer, y cambiando de opinión de la noche a la mañana. Si hiciéramos las cosas bien, pensásemos un poco más, nuestra vida sería mucho más fácil, y también la de los que nos rodean. Pero claro, también sería mucho más aburrida.