jueves, 9 de junio de 2011

Sensaciones

Buenos días! Hace una semana y algo que no publico nada, pero en verdad no me sentía muy... inspirada? En fin, quiero poner algo que escribí este invierno pasado, estando una época un poco triste. En invierno me encierro en mí misma, odio el frío, y más cuando no tienen a nadie que esté a tu lado... Y bueno. eso me hace pensar en un montón de recuerdos malos y de lazos rotos sin razón, así que por esa época, fue cuando escribí lo siguiente: Sensaciones.
"Otra vez ha vuelto esa sensación. Una sensación que vuelve a menudo a mi cabeza, a mi sistema nervioso, a mi cuerpo, al aire, a esta habitación, a esta ciudad, y finalmente, a este mundo. No tiene un solo nombre, aunque hay gente a la que le gusta etiqueta todas las cosas y ponerles nombre, creo que esta…. Sensación, sentimiento o lo que sea, no puede ser llamada por un solo nombre. Pero lo que sí puede ser posible es nombrar en base de qué crece la sensación “X”. Empieza por la INSATISFACCIÓN. Luego llega la SOLEDAD, esa coqueta insaciable, acompañada de su mejor aliado, el VACÍO. Dentro de estas tres cosas caben centenares de sentimientos y sensaciones, como la tristeza, la pobreza, el dolor, el desamor, el engaño, la ira, la venganza… y muchas más que no me apetece nombrar en este instante. Entonces, un día cualquiera, a una hora cualquiera, estás en tu habitación, buscando algo en el ordenador, en la mesa o en el armario. Y de pronto, sin aviso previo, un objeto, como una nota, o un libro, o una chaqueta, o un perfume que hacía demasiado tiempo que no usabas y ahora recuerdas  el porqué. Y, de nuevo sin previo aviso, casi instantáneamente, aflora un recuerdo. El recuerdo de una tarde de primavera, de una noche de octubre o de una simple o complicada persona. Saboreas ese recuerdo, sin poder evitarlo: amargo, dulce, picante, salado… Y, gracias a la conjunción de todos esos sentimientos y sensaciones que llevas encima desde hace ya demasiado tiempo, afloran más recuerdos. Sin parar. Más errores, más días tristes, más vidas cambiadas, personas a las que nunca volverás a ver, o gente que verás como si no estuvieran presentes. Entonces piensas en todas esas cosas. En que tres años y medio han dado para mucho, tal vez para demasiado. Y te gustaría cambiar tantas cosas, haber echo algunas cosas antes, otras más tarde, haber evitado ciertos sitios, ciertas personas de las que no has aprendido nada en absoluto pero que en cambio ellas tendrían que haber aprendido algo de ti. Entonces piensas que a lo mejor ahora nada tiene sentido por culpa de ese pasado. Por detalles mínimos de los que te acabas de dar cuenta, como una simple frase, un gesto… Cualquier cosa. Y quieres que todo cambie. Irte de esa pequeña y fea ciudad, olvidarlo todo y empezar de nuevo. Entonces buscas algo para hacer en ese instante, ya que no te puedes ir de allí enseguida, porque tus padres te esperan para cenar o tienes que terminar de estudiar para algún examen importante. Es absurdo, ¿no? Yo busco algo que hacer, escuchar una canción que me relaje o que pueda expresar mis sentimientos en ese momento, pero no la encuentro. No encuentro esa canción, y yo siempre encuentro una canción. Entonces escribo. Sin parar. Como esos recuerdos que han surgido de la nada hace un rato. Y ahora, pregunto si alguien ha sentido alguna vez esta sensación. La de que nada te sacia, nada te puede hacer sentir mejor en ese momento, porque crees que nunca vas a ser feliz. Porque se puede estar alegre, pero no feliz. Si alguien me puede decir el nombre de esta sensación… que es tantas cosas y a la vez tan pocas… Bueno, sólo significará que esa persona ha vivido esa sensación más veces que yo. Y no le envidiaré para nada.